Cada vez que me encuentro con un ejemplar de árbol, me siento emocionalmente impresionado. Contemplar grandes alcornoques, gigantescos castaños, inmensos nogales, ancestrales olivos o viejas encinas, me produce sensaciones y corrientes energéticas internas, difíciles de describir con palabras.
La imaginación se me dispara y me siento conectado con Eywa, la Madre-Tierra, la Gran Madre.
Al final, acabo de abraza-árboles, palpando excitado la arrugada corteza durante unos instantes en los que siento o quizas imagine, una conexión íntima con otro ser en dimensión diferente, indescriptible.
Parece ser que hay otros humanos a los que les pasa algo parecido, que conectan con el ser árbol, que también son abraza-árboles, y además tienen la virtud de saber expresarlo maravillosamente con bellas palabras. Virtud que tienen los poetas.
Por ejemplo, Rabindranath Tagore en su emotivo poema "El árbol":
EL ÁRBOL
De Rabindranath Tagore
Caminante, escucha:
Yo soy tabla en la cuna, cuaderna en la barca,
superficie en la mesa, puerta en la casa.
Soy mango en la herramienta,
bastón en la vejez.
Soy fruto que regala y nutre,
sombra bienhechora que cobija
contra los ardores del estío,
refugio amable para los pájaros
que alegran con sus cantos las horas
y limpian de insectos los campos.
Soy belleza en el paisaje,
maravilla en la huerta,
señal en la montaña,
lindero en la senda...
Soy leña que calienta
en los días de invierno,
perfume que regala
y embalsama el aire,
salud del cuerpo
y alegra el alma.
Y, al final, seré madera en tu última morada.
Por todo esto, caminante errabundo que me observas,
que tal vez me hayas plantado con tu mano
y por ello puedas llamarme hijo,
tú que me has contemplado tantas veces,
admirame una vez más, pero...
no me causes ningún daño.
Traigo también uno de los preciosos poema de mi amiga Ayes Tortosa, incluido en su libro "Andando por las ramas", publicado en 2025, y que por sus connotaciones montañeras me gusta mucho:
EL ABUELO
Al castaño centenario de la Vereda de la Estrella.
Igualito que un abuelo,
un abuelo sabio y bueno,
el castaño centenario
a todos nos da su abrazo.
A la mariposa blanca,
al buho en su agujero,
a la ardilla juguetona,
al niño que tiene sueño,
al pajarillo en la rama,
a los ratoncillos listos...
Y en las mañana de invierno
o en las tardes de verano,
siempre nos cuenta algún cuento,
igualito que un abuelo,
el castaño sabio y bueno.
Paseando por Cortes de la Frontera, bello pueblo malagueño enclavado a caballo entre los Parques Naturales de Grazalema, Sierra de las Nieves y de los Alcornocales, adornado copiosamente de macetas, tiene en las blanqueadas paredes de sus casas, montones de poemas impresos que hacen del hecho de pasear un momento con un atractivo muy especial.
De uno de esos poéticos paseos traigo está "Oración de un árbol" escrita por Antonio Zurera Pulido.
Soy un ser vivo que pide
más que tu amor y respeto.
Soy el calor de tu hogar
en las noches de invierno.
Soy la sombra que apeteces
en el verano seco.
Soy el astil de tu azada
y el estribo de tu asiento,
y la puerta de tu armario,
y la ristra de tu suelo.
Soy cobijo de los pájaros
y quien tu aire renueva,
y quien tu camino ampara,
y quien tu clima atempera.
Soy resina de tu plástico,
y de tu mástil madero,
y de tu casa armadura,
y de tu portal testero,
y de tu retrato el marco,
y de tu mesa tablero,
y de tu campo arbolado,
y de arco soy nervio.
Soy madera de tu casa
y el fin seré de tu entierro.
Si no merezco tu amor,
al menos no me niegues tu respeto.
Antonio Zurera Pulido.
15/01/1914 - 29/91/1990.
Pues eso, "Arriba las ramas, abajo las raíces".


1 comentario:
Buenas tardes, Luís:
Don Antonio Zurera Pulido (1914 - 1990) del que no he encontrado ninguna información en Internet, posiblemente fuera un poeta aficionado, natural de Cortes de la Frontera (Málaga)...
Y, es muy probable, que leyera y se inspirará en el bello texto del poeta bengalí Rabindranath Tagore (1861 - 1941), titulado "El Árbol", traducido al castellano por doña Zenobia Camprubí Aymar (1887 - 1956), esposa de tu admirado poeta don Juan Ramón Jiménez Mantecón (1881 - 1958), para escribir su poema titulado "Oración de un árbol"...
Título, que creo que, muy acertadamente, has tomado para nombrar ésta preciosa entrada de tu Blog.
De nuestra admirada escritora, "Ayes Tortosa" (Mari Ángeles García Tortosa, Granada, 1956), sabes que, la próxima vez que te vea en persona, te lo agradecerá muy sinceramente... por recordar su humilde y entrañable poema "El abuelo" (dedicado al castaño centenario de la serrana Vereda de la Estrella).
Nota: Sólo recordarte que, tenemos pendiente con Ayes... una charla - paseo (cerveza incluida) por vuestro querido Albayzin...
Para finalizar mi comentario, sólo decirte Luís, que la entrada de tu Blog, me ha encantado... Muchas gracias, como siempre, por disfrutar y compartir tus vivencias naturales con los seguidores de "elporche".
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