PASA Y SIÉNTATE EN MI PORCHE.

DESCANSA Y CHARLA UN RATO CONMIGO...

Navegante, entra al porche y deja tu comentario.

Las Nuevas Tecnologías avanzan que es una barbaridad e Internet cada vez se hace más presente en nuestras vidas, para lo bueno y para lo malo.
Los blogs han irrumpido en todo el mundo internáutico y el porche como no podía ser menos se pone en primera línea y no quiere quedarse atrás.
Este blog permite que el porche sea más participativo, un sitio en el que sea más fácil opinar, dejar un comentario o pegar aquello que simplemente se quiere compartir con los demás, con el único fin de mejorar la calidad de vida de nuestro pueblo y de sus gentes.
El único límite serán las que imponen las más elementales normas de educación y cortesía, el resto es cosa de todos nosotros.
Entra pues con toda confianza y siéntate un ratito a charlar plácidamente en este tu porche.

Sin raíces no hay ramas, sin árboles no hay bosque.
¡Abajo las raíces, arriba las ramas!
Ubuntu.

Salu2 cordiales y pedal-pedal.
"Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo." EDUARDO GALEANO.

"Cualquier objeto, por insignificante que parezca, tiene una historia que contar. Un mago o maga de las palabras solamente tiene que saber imaginarla y luego, contarla." AYES & LUIS

13 septiembre, 2019

Por los Paises Bajos y Holanda.


Viajar siempre es un placer, una manera de conocer el mundo que nos rodea. Salir del "corralito" ayuda a ampliar la cultura, adquirir maneras y modales positivos, mejorar nuestra percepción individual y global. Aumentar nuestra educación, nos ayuda a ser mejores buenas personas, a valorar lo nuestro, a no sentirnos el ombligo del mundo. A convivir con otras formas de vida, comprender que se comen otras cosas, que gustan otros sabores.

Ya lo dijo el inmortal Cervantes: "El que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho."

También sentimos en nuestras propias carnes que el sol sale y se pone antes o después, que ilumina con otra intensidad, que la luz tiene otra dimensión, que la lluvia no es nuestra enemiga, que hay que aprender a convivir con ella y que porque caiga mucha o con más frecuencia, no debemos amilanarnos y quedarnos encerrados y temerosos. Confirmamos de primera mano que no hay tiempo malo, sino ropa mala.