Hay situaciones, lugares, cosas, pensamientos, textos, reflexiones..., que van y vienen, que son recursivos, que están de acá para allá sin parar, en una senda circular, infinita. Se encuentran en perpetuo movimiento, navegando por la Red, por la Vida, por el Camino y, cuando menos te lo esperas, ¡zas!, te los topas de nuevo, te das de bruces con ellos.
Hace ya unos cuantos años, septiembre de 2018, en este mismo blog, reflexioné sobre ese precioso poema de P. Kavafis, "Cuando emprendas tu viaje a Ítaca", que me entusiasmó y encontró su sitio en este blog de "El porche". Pasado el tiempo, vuelve a aparecer, a hacer referencia a ese mismo poema, el genial Antonio Monleón Anguita, y no he dudado ni un segundo en traer al mismo sitio, a "el porche de los ilustres", sus reflexiones, que siguen completando el contenido de lo que en el poema se dice y menciona.
A mi me ha gustado y yo sigo caminando, a veces con la mano del amigo en mi hombro, con mi mochila a la espalda, bastón en mano y con Ítaca siempre en mi mente.