PASA Y SIÉNTATE EN MI PORCHE.

DESCANSA Y CHARLA UN RATO CONMIGO...

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Las Nuevas Tecnologías avanzan que es una barbaridad e Internet cada vez se hace más presente en nuestras vidas, para lo bueno y para lo malo.
Los blogs han irrumpido en todo el mundo internáutico y el porche como no podía ser menos se pone en primera línea y no quiere quedarse atrás.
Este blog permite que el porche sea más participativo, un sitio en el que sea más fácil opinar, dejar un comentario o pegar aquello que simplemente se quiere compartir con los demás, con el único fin de mejorar la calidad de vida de nuestro pueblo y de sus gentes.
El único límite serán las que imponen las más elementales normas de educación y cortesía, el resto es cosa de todos nosotros.
Entra pues con toda confianza y siéntate un ratito a charlar plácidamente en este tu porche.

Sin raíces no hay ramas, sin árboles no hay bosque.
¡Abajo las raíces, arriba las ramas!
Ubuntu.

Salu2 cordiales y pedal-pedal.
"Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo." EDUARDO GALEANO.

"Cualquier objeto, por insignificante que parezca, tiene una historia que contar. Un mago o maga de las palabras solamente tiene que saber imaginarla y luego, contarla." AYES & LUIS

31 diciembre, 2017

El saber arbóreo

El que pasea por los bosques puede caminar por el mundo con el alma serena. VIRGILIO

El Saber Arbóreo 
(Anónimo irlandés, siglo XII. Traducido del gaélico al ingles por Standish O-Grady (1832-1915))


Hombre que para Fergus, el de los festines, enciendes la lumbre,
Sea a flote o en tierra, nunca quemes al rey del bosque.
Monarca de los bosques de Innisfail es la madreselva, a quien nadie ha de hacerla cautiva.
No es esfuerzo de débil soberano abrazar todos los árboles vigorosos de un abrazo.
Si a la dócil madreselva fuego has de prender, abundaran lamentos de infortunio.
Horrible agudeza en las puntas de las armas, o ahogamiento bajo gres olas le sucederán.
No quemes el precioso manzano de rama extendida y caída,
Árbol siempre cubierto de blanca floración hacia cuya hermosa copa todos los hombres extienden su mano.
El hosco endrino es un vagabundo, una madera que el artífice no enciende.
Por todo su cuerpo aunque breve, los pájaros gorjean en bandadas.
No quemes el noble sauce, es árbol sagrado en los poemas.
En su floración liban las abejas, todas gustan de aquella pequeña jaula.
Quema el esbelto árbol de las bayas, el árbol del hechicero, el fresno,
Prescinde del árbol flexible, no quemes al esbelto avellano.
Oscuro es el color del fresno, madera que hace mover las ruedas.
Ornamentan sus varas las manos del jinete, su forma convierte la batalla en huida.
Perturbador entre los árboles es el maravilloso rosal silvestre, quémalo pues es tan verde y punzante,
Corta, flagela los pies, hace retroceder forzosamente a quien ha de avanzar.
El mas impetuoso dador de calor entre todas las maderas, ese el verde roble,
/nadie puede escapar de el sin ser dañado.
Para su placer la cabeza es sometida a dolores, y por sus acres brasas el ojo es resentido.
Aliso, el hechicero mas batallador de todas las maderas, árbol mas fogoso en la batalla,
Indudablemente quemad a vuestra discreción tanto alisos como espinos.
Acebo, quémalo verde, acebo, quémalo seco.
Cualesquiera de todos los árboles decididamente el acebo es el mejor.
Sauco que posee vigorosa corteza, árbol que en verdad hiere con dolor.
Aquí el que engalana cabalgaduras de los ejércitos feéricos, quémalo de manera que se convierta en carbón.
Así también el abedul, quien siendo derribado, promete duradera fortuna.
Quema con mucha seguridad y por cierto, los tallos de vaina perenne.
Haz sufrir, si tanto ha de complacerte, al tiemblo bermejo para que caiga de cuerpo entero,
Quema tarde o temprano, el árbol que posee rama inerte.
Patriarca de bosques eternos es el tejo, sagrado para las fiestas, como es bien sabido.
Construid de el ahora cubas rojo-sombrías de buen tamaño.
Tu Ferdedh el Fiel, no harías sino cumplir mis preceptos,
A vuestra alma como a vuestro cuerpo, Oh hombre, será razón de beneficio.

13 diciembre, 2017

Cuando yo muera.

El tránsito de la Virgen, de Andrea Mantegna.

Cuando yo muera, desearía que fuese así.
Mis amigos, la gente a la que quiero,
en derredor,
conversando de sus cosas,
sin prestarme mucha atención,
que se limiten a estar,
que no llore ninguno, tan solo
de vez en cuando, en medio de una frase
que alguien
me mire y se diga
está muerto,
ya nada será igual,
no hay camino de regreso,
(al fondo, por la ventana,
una laguna, o el mar, mejor aún
los tejados de Madrid)
y roce una de mis manos
con la suya
y no le asuste mi frialdad
y me sonría
y me olvide
y vaya en paz.

José Ovejero.