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01 marzo, 2022

Al hilo de la lectura de "Reloj de hierba"

¡Por fin, me llegó el libro que tenía pendiente de Ayer Tortosa!

"RELOJ DE HIERBA", de Ayes Tortosa.
Baker ST, Ediciones - GR 696 - 2021

Se trata de un libro de poesía, de esa poesía humana, sencilla, infantil y llena de inocencia, no exenta por ello de rotunda profundidad, de la que fluye sin trabas, como el que no quiere la cosa, de los adentros de la poetisa. Ese es uno de los motivos principales por lo que me gusta el estilo de Ayes, por el que sin remilgos me declaro "ayesiano tortosino" hasta la médula.



Es, según declara ella misma en el prólogo del libro, una segunda parte de su primer libro de poesía "Versos, canciones y nanas para Nana", escrito 27 años antes (1994). Un libro de poemas dedicado a sus hijos (Mar y Gabrielillo) cuando vivían en una casa con jardín.
Pasado el tiempo, ha vuelto a esa misma casa, ahora con los nietos...

Un paralelismo en el tiempo, con mi tiempo, que me servirá sin duda para disfrutar saboreando cada uno de sus versos, pensando en mi Ángela, mi Angelilla, de la que tanto espero y con la que deseo poder sentir, lo que desdichada e inexplicablemente se me ha negado. 
Frustrado y esperanzado, sigo deseando vivir esas sensaciones robadas.

Y empieza "Reloj de Arena", con un prólogo, impagable poema de Robert Louis Stevenson:

    Hace ya mucho tiempo y para siempre 
    mi barco hecho de cedro llevé a tierra;
    y al camino y al cauce de los ríos,
    y a las cañas que verdes cabecean, 
    dije  mi último adiós en la ignorancia;
    ahora habito feliz en esta casa
    y comparto mi vida perezosa
    con mi esposa y mis versos. Pero en vano.
    Porque cuando la lámpara se enciende,
    sentado junto al fuego que se ríe,
    abierto el fatigado atlas,
    sigo andando por caminos sin final.

Bello y precioso poema de Stevenson, otro descubridor de caminos, que el tiempo poco a poco ha ido volviendo perezoso, pero que en su mente sigue "andando por caminos sin final".
¡Qué nuevo paralelismo encontrado! Tengo que buscar, leer y releer al mítico maestro Robert Louis Stevenson. 


Y sigo ahora con comentarios a vuela pluma, que hago durante la queda, atenta y reflexiva lectura.

- Me han encantado las primeras estrofas de "Escuela al aire libre" que me ha traído reminiscencias de mi paso por aquellas escuelas albaicineras del Ave María.

    Qué feliz geometría la que teje la araña,
    filigrana del verano.
    Y que lección de arquitectura la paloma,
    que hace su nido en el manzano.
    Hay un derroche maternal de frutos
    y de hojas en la higuera.
    ("Matemáticas de Dios, quien más da, más tiene").
    Y cómo eleva su rostro la palmera
    en su ansia de contar cuántas estrellas...
    Y filosofa el gato, y aprende el viento,
    el exacto lugar de las veredas,
    ¿hacia dónde nos llevan los caminos?
"Hablad, la vida es triste sin la palabra." Pearl S. Buck.

- Precioso el poema "Esas dos mariposas", rico en nostalgia por el pasado que, de la misma forma, no vuelve:

    Esa risa lejana que se mezcla
    con la lluvia de trinos del tejado.

Vuelve a aparecer ese sentimiento de antes, el agridulce pensamiento de que ha pasado el pasado que no volverá y la espera, tranquila y serena, de lo irremediable, lo que traerá el frío invierno.

- Genial ese: "Hay un acopio de troncos."

    "Hay un acopio de viejos y de secos troncos
    que una vez fueron robustos de savia
    y engendraron frutos y acogieron pájaros,
    y fueron lugar de sueños para los niños.
    ...
    Y ellos que todo lo tuvieron y todo lo vieron,
    y todo lo alcanzaron en su alegre soñar,
    esperan ahora, serenos, el invierno,
    saben que es tiempo de arder e iluminar."


- Me ha encantado por su profunda ternura, el poema: "Un gato":
    Qué triste gato tuerto
    en su sillita de anea,
    bajo el sol de mi jardín.
    Tumbado al sol ronronea.
    ...
    Gato libre, gato sabio,
    tumbado al sol ronroneas,
    en el Reino Soberano
    de tu sillita de anea.

- Muy bonita y con el mismo aire nostálgico:  "Como en un cuento".
    Hoy,
    por un extraño encantamiento, 
    todas las cosas del jardín se han detenido.
    Ya nada tiene movimiento.
    ...
    Porque todo duerme: agua, trinos, hogar, pájaros, aromas...
    el dulce sueño de los aromas de siempre.
    Y es que la eternidad
    curiosea en mi jardín.
    No, 
    no quiero que su beso me despierte.

Suenan a nostalgia, a eternidad, a espera pacientemente dichosa de lo que irremisiblemente tiene que suceder.
Versos que tienen un álito de tristeza, de alegría sufriente que presiente lo que vendrá. Te veo venir, sé que estás de camino.

- ¡Qué bonito el poema: "Tormenta del desierto":
    Ha pintado de escarlata la casa,
    un viento huracanado del desierto,
    que ha firmado con su huella los caminos
    y ha cruzado por los mares del Estrecho.
    ...
    ¿Qué misterio que viene de tan lejos, 
    envuelto en una inmensa nube gris,
    ha cubierto de barro los tejados
    y ha dejado sin luz y ensangrentados
    los pétalos de nieve del jazmín?

- ¡Precioso el poema "Tiempo de relectura":!
    Ingenuos amigos de la infancia,
    mis queridos amigos de papel.
    Sois ventanas abiertas de esperanza, 
    que volvéis de nuevo en mi vejez.

Un tema que personalmente me viene creando debate mental, es el de la relectura y lectura. Ayes lo toca en este mencionado poema.  Por mi parte, yo pienso en la necesidad de hacer una lectura más selectiva y sibarita, partiendo del hecho de que no voy a tener tiempo material de leer y menos aún releer, todo lo que hay escrito. Por eso, pienso que toca ser muy exigente, de modo que invierta mi tiempo en leer-releer lo bueno, lo mejor, lo que más me agrade y me entusiasme, cerrándome a muermos, pesados y que no me atraigan. ¡Vamos, que no me da tiempo!
Conclusión: Solamente quiero leer lo que me ilusione y me proporcione buenos ratos.

- Termino encantado, después de haberlo disfrutado gozosamente, de las pausadas y profundas horas de este "Reloj de Hierba". Me ha encantado, y de nuevo se ha consagrado genial, sensible poetisa, expresadora de sentimientos. Me he sentido cercano a su nostalgia, a sus "pequeñas tristezas y decepciones", compartidas con mi ánimo, almas gemelas, que han ido andando por diferentes caminos, pero que sienten el latido de estar llegando a un mismo final.

Hermoso jardín, sembrado de hojarasca, que abraza al "Reloj de Hierba" y al que sin dudarlo animo a entrar. 


Para finalizar, me deleito escribiendo este fantástico y maravilloso poema sacado de lo más profundo del jardín:

    LO NATURAL
    Asi,
    contigo y a tu lado.
    De ese modo espontáneo
    en que crece una flor en el tejado,
    o que emigran las aves del invierno.
    ¿Acaso alguien siembra 
    el vuelo del gorrión,
    el canto de la chicharra,
    o la caricia del sol?
    ¿Quién le dice a la niebla
    que no venga más,
    o le quita al mar las olas que vienen,
    las olas que van?

    Del mismo modo en que se unen
    la nieve con el monte,
    la luna con el horizonte.
    Del mismo modo
    que los perros y los mendigos,
    los veranos y los grillos...
    van caminando juntos.
    Siempre contigo, y a tu lado,
    en el tiempo sin horas de los niños.
    Las cosas son así de naturales.

Genial maravilla, Ayes Tortosa.

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