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28 mayo, 2021

El Canal de la Emperatriz Eugenia

Uno de mis mayores placeres es caminar o pedalear a la vera de una acequia. Pienso que es una herencia innata, recibida de los ancestros andalusíes, injertada en mis cromosomas y fértilmente regada con los recuerdos de infantiles paseos y baños estivales, por las orillas del albaicinero Darro, del serrano Genil y de las acequias de la Alhambra y Generalife, del Camino del Avellano y del Carmen de la Fuente. 

De vez en cuando disfruto de largos y fantásticos recorridos por las acequias de Sierra Nevada y más concretamente de la Alpujarra, por cierto, también legado magistral del pueblo árabe que allí vivió durante bastantes siglos. Al final, la misma conexión a la que hacía mención en el párrafo anterior. Dejo aquí el enlace a una publicación que en su día me agradó enormemente y de la que aprendí mucho, se trata del Manual del Acequiero publicado por la Agencia Andaluza del Agua de la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía.

Actualmente, con mucha más frecuencia, por razones de cercanía, disfruto de poder caminar o pedalear, por la Vega del Poniente, junto a los ríos Genil y Cacín, y de multitud de pantanetas, presas, estanques, canales, caces y acequias. En definitiva, por todo ese entramado red vital que, y siempre vuelvo a lo mismo, nuestros antepasados árabes dejaron trazado y en marcha para convertir esta tierra en rico vergel: la fértil y por desgracia maltratada Vega Granadina.

En ese deambular, es fácil encontrarse con molinos de agua, riegos a manta, surcos perfectos con choperas pilares de la tierra y sembrados hortofrutículas geométricamente maravillosos, sobre los que se recortan las siluetas en el horizonte de agricultores que pacientemente se doblan cansinamente para trabajar con mimo la tierra, en busca de la ansiada demanda de fruto, a golpe de sudor, esfuerzo y sacrificio.

Antes de proseguir, busco en el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española:

  • Canal: Cauce artificial por donde se conduce el agua para darle salida o para otros usos.
  • Caz: Canal para tomar el agua y conducirla a donde es aprovechada.
  • Acequia: Palabra de origen árabe, zanja o canal por donde se conducen las aguas para regar y para otros fines.

Junto a la orilla del rio Cacín, en las inmediaciones de Villanueva Mesía, pasa un canal, el Canal de la Emperatriz, por el que incansablemente me muevo caminando o pedaleando. Fruto de esos paseos ha sido el despertar de la curiosidad por saber algo más sobre dicho canal: ¿por qué se llama así?, ¿dónde empieza y termina?, ¿cuál es su recorrido?, ¿quién lo hizo?, ¿cuándo?...

Me he puesto a indagar y he encontrado la tarea prácticamente hecha, ya que en el paseo de la Venta de Huétor Tájar, justo al lado por donde transcurre el canal, en uno de sus numerosos paneles informativos instalados para amenizar e ilustrar el recorrido de los paseantes, hay dos de ellos específicos: uno dedicado al canal de riego y otro a la Emperatriz Eugenia. El contenido de ambos será la base para la información que ofreceré a continuación, motivo por el cual estaré eternamente agradecido al Ayuntamiento de Huétor Tájar y en particular a Juan Reinoso, Concejal de Medio Ambiente. La información es clara y resumida, algo que siempre es de agradecer, así que sin más reparos haré el mejor uso posible de ella.

La tradición de los caces y acequias se remonta a las culturas romana y árabe, siendo su principal función la de aprovechar, conducir y hacer llegar el agua hasta los cultivos en épocas de escasas lluvias. Los caces y acequias junto con el cultivo de bancales, son estrategias para adaptarse a un clima con veranos calurosos y secos. 

El caz de la Emperatriz se alimenta de las aguas de los ríos Cacín y Alhama, ambos nacen en el Parque Natural de las Sierras de Almijara, Tejeda y Alhama.  El río Cacín está regulado por el embalse de los Bermejales desde 1958 y el rio Alhama desemboca en el Cacín por encima de Moraleda y es el que aporta más agua al caz. En el cauce del río Cacín se construyó la llamada presa de derivación, para tomar las aguas de este y por medio de un canal llevarlas hasta el Partidor, un módulo en el canal que divide el caudal de agua en tres partes: dos que formarán el canal de la Emperatriz propiamente dicho y una que irá a regar a la vega de Moraleda-Villanueva Mesía por medio del caz de Luján. 

El canal o caz de la Emperatriz regará los siguientes partidos de la vega de Huétor Tájar: Las Monjas, la Vega del Cacín, El Soto, El Aventadero, la Vega Vieja, la Vega del Conde, Arenales, Perera, Viñas Viejas, Cuarto Alto y Calardos. 

Los regadíos de la zona que comprende la Comunidad de Regantes del Caz de la Emperatriz Eugenia, son de los más antiguos de la provincia. El ingeniero Francisco Abellán (1895-1982) promotor del pantano de los Bermejales, Cubillas e Iznájar entre otros y el Canal de Huétor Tájar (1948) demostró con diversos documentos históricos, que la antiquísima Acequia Gorda del Cacín -hoy Caz- fue trazada por los romanos, y uno de los signos evidentes es el túnel perforado en roca, junto al río Cacín, para conducir las aguas hasta Huétor, llamado Las Minas. Los árabes, insuperables artífices del regadío, ampliaron y perfeccionaron el caz tal y como se hallaba hasta que empezaron las obras de entubación a finales del siglo pasado. 

Otros documentos prueban que después de la Reconquista de Granada, los Reyes Católicos donaron a su capitán Don Álvaro de Luna, más de 1200 fanegas de tierra y el derecho de usar las aguas del río Cacín para riegos. Don Álvaro de Luna y posteriormente sus descendientes y Señores de Huétor Tájar, dictaron normas para controlar los riegos que se plasmaron en las Ordenanzas de la Villa, como así lo demuestran escritos de 1744, 1835 y 1851.

Las necesidades en torno a esta obra hidráulica tan antigua van cambiando y mantener limpio este cauce de agua es muy laborioso y costoso. En 1995 se decide entubar el Caz para ahorrarse su limpieza y para no perder ni una gota de agua, siendo en 2008 cuando se termina de canalizar sus 18 kms de longitud.

Antiguamente, las aguas que conducía el caz no solamente servían para riegos, sino que también se usaban para producir energía capaz de poner en funcionamiento el molino de harina de Tajarilla.

Según documentos históricos y cerámica encontrada en la zona, el Molino de Tajarilla, ya existía en la época califal y estaba asociado a la alquería de Tajara (Tájar).  Este molino fue Fábrica Oficial de Harina durante el siglo XIX y hasta mediados del siglo XX. La maquinaria del molino hidráulico de Tajarilla era movida por el agua del Caz que se acumulaba en los cubos y caía en pendiente para girar los rodeznos (norias horizontales de madera). Finalmente, se abrió una panadería que vendió pan hasta la década de los 80.

 Y ahora veamos otra información del por qué se llama Caz de la Emperatriz:

María Eugenia Palafox Portocarrero y Kirkpatrick, más conocida como Eugenia de Montijo, nace en Granada en 1826 y muere en Madrid en 1920, fue emperatriz de Francia como esposa de Napoleón III y señora de Huétor Tájar al heredar este título. Da nombre al Caz Emperatriz Eugenia y a su Comunidad de Regantes.

Una vez terminado este preámbulo sobre los orígenes e historia del Caz de la Emperatriz, me referiré a continuación al recorrido que para conocerlo en su totalidad puede hacerse.

Si queremos hacerlo en bici de montaña desde Villanueva Mesía, el mejor trazado sería el que por el Camino de El Grano, toma la vía de servicio de la A-92 por su lado derecho dirección Granada, para posteriormente girar a la derecha hacia el paraje de Buenavista, siguiendo por el carril que suavemente sube hasta la localidad de Moraleda de Zafayona. 

Desde la iglesia, giramos de nuevo a la derecha para localizar el carril que baja hasta la Presa de Derivación, punto de inicio del canal. Luego nos acercaremos al módulo Partidor y al tubo de hierro por el que cruza el rio Cacín y a partir de ese momento seguir el camino de servicio del canal que no abandonaremos, más o menos, hasta llegar a la vega de Calardos en Huétor Tájar, paraje en donde se encuentra el fin del canal y por lo tanto de nuestra ruta.

Ofrecemos a continuación el track de un posible recorrido circular que puede descargarse aquí:

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Si queremos hacerlo a pie, lo más recomendable es empezar desde la Plaza de la Iglesia de Moraleda y seguir el mismo trazado anterior, pudiendo dar por finalizada la ruta en Villanueva Mesía o entre la Venta y Huétor Tájar, según el gusto del caminante.

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También, a continuación, puede descargarse el track con el recorrido a pie con final en Villanueva Mesía o en Huétor Tájar:

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