Ya había escuchado antes el eslogan "Jaén, paraíso interior de España", pero nunca hubiera sospechado la gran verdad que encierra.
Busco y encuentro en la red: "Naturaleza, arte e historia. La mayor extensión de espacios naturales protegidos del país. Las aguas de los ríos Guadalquivir y Segura descendiendo por sierras, campiñas y vegas. Pinturas rupestres declaradas Patrimonio de la Humanidad. Una cultura íbera de la que heredamos piezas escultóricas de inigualable valor. Roma primero y al-Ándalus después. Castillos y Batallas que cambiaron el rumbo de la historia. Fronteras mutables que dibujaron los nuevos mapas de la Península."
Yo también sabía que existía un Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas: "El mayor pulmón verde de Europa. Las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas son el espacio natural protegido más extenso del país. Son más de doscientas catorce mil hectáreas entre las que nace el río Guadalquivir y el Segura y crece una flora única en la Península Ibérica y una fauna excepcional. Pero este enorme parque natural no es el único que posee la provincia de Jaén. Sierra de Andújar, Sierra Mágina y Despeñaperros son los otros tres parques naturales, a los que hay que sumar parajes, reservas y monumentos de admirable valor medioambiental y paisajístico."
Había estado anteriormente y en variadas ocasiones recorriendo parte de la Sierra de Cazorla y de las Villas, he andado por las Sierras de Andújar y por algunos parajes de Sierra Mágina y Despeñaperros. Pero nunca había visitado la Sierra de Segura, y por fin llegó el momento. Las estrellas me han sido propicias y me han conducido hasta esas misteriosas tierras, lejanas, ocultas...
Y ha sido todo un descubrimiento, un andar de maravilla en maravilla, de sorpresa en sorpresa, de espectaculares parajes, rincones mágicos, grandiosos macizos, cañones que dejan boquiabierto, cuevas y abrigos de personas y ganado, pinturas rupestres, vegetación exuberante, densos bosques de pinos larícios, encinas, chaparros, praderas prodigiosas de helechos de verde intenso alfombrándolo todo. Nogueras inmensas de copa cerrada y extensa, pinos gigantescos, como el que medio en broma denomino "el padre de todos los pinos", el Pino Galapán.
Y el agua cristalina, generosa y abundante en manantiales, fuentes, acequias, arroyos, cascadas, ríos y embalses.
He descubierto palabras nuevas, de arraigados, contundentes, recios y añejos sonidos: saltaor, tornajo, tiná, almorchón, galapán, gérica, cata... (A modo de ejemplo pueden verse recopiladas aquí>>>)
Sitios inolvidables, plenos de gente trabajadora, amistosa y acogedora: los serranos, dispuestos siempre a ayudar y tender la mano en lo que haga falta. Lo mejor de la sierra, su gente...
Hago ahora un listado alfabético de nombres de sitios y parajes, sin ninguna pretensión más que la de evitar su olvido y la de disfrutar con su silabeo:
Aguilones, Almorchón, Arroyo Frío, Campos de Hernán Pelea, Cañada Hermosa, Despierna Caballos, Don Domingo, El Berral, El Engarbo, El Charco del Humo, El Muso, El Saltaor, El Yelmo, Fuente Segura de Arriba, de Enmedio y de Abajo, Hornos de la Sierra, Las Atascaderas, La Huerta del Manco, La Matea, La Toba, Las Anchuricas, Las Nogueras, Las Quebradas, Loma Gérica, Los Cerezos, Los Ruices, Los Teatinos, Miller, Nacimiento del Segura, Piedra Horadá, Pino Galapán, Pontones Altos y Bajos, Poyo Catalán, Poyotello, río Madera, río Segura, río Zumeta, Santiago de la Espada...
Han sido muchas las rutas de senderismo que he tenido la oportunidad de hacer por la Sierra de Segura, todas ellas espléndidas y maravillosas, más son una ínfima parte de las que se pueden hacer, pero quiero dejar aquí los enlaces a la descripción de tres de las que más me han impactado por un motivo u otro:
Y para finalizar, no quiero hacerlo sin mencionar algunos aspectos gastronómicos y culinarios, tales como las exquisitas patatas de El Hornillo, las deliciosas y olorosas catas y hogazas de la panadería de La Matea, la comida casera hecha al momento por Sara en El Cerezo y por supuesto las riquísimas chuletas de cordero segureño del Restaurante Escobar en La Matea y del bar Avenida servidas por el amabilísimo José en Santiago de la Espada.
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