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Las Nuevas Tecnologías avanzan que es una barbaridad e Internet cada vez se hace más presente en nuestras vidas, para lo bueno y para lo malo.
Los blogs han irrumpido en todo el mundo internáutico y el porche como no podía ser menos se pone en primera línea y no quiere quedarse atrás.
Este blog permite que el porche sea más participativo, un sitio en el que sea más fácil opinar, dejar un comentario o pegar aquello que simplemente se quiere compartir con los demás, con el único fin de mejorar la calidad de vida de nuestro pueblo y de sus gentes.
El único límite serán las que imponen las más elementales normas de educación y cortesía, el resto es cosa de todos nosotros.
Entra pues con toda confianza y siéntate un ratito a charlar plácidamente en este tu porche.

Sin raíces no hay ramas, sin árboles no hay bosque.
¡Abajo las raíces, arriba las ramas!
Ubuntu.

Salu2 cordiales y pedal-pedal.
"Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo." EDUARDO GALEANO.

"Cualquier objeto, por insignificante que parezca, tiene una historia que contar. Un mago o maga de las palabras solamente tiene que saber imaginarla y luego, contarla." AYES & LUIS

25 febrero, 2018

Olivos centenarios, ¿milenarios?


En este ir y venir que se trae uno, me he topado de lleno, casi de boca con "el bosque habitado". Ha sido en Órgiva, recorriendo la zona de los olivos centenarios, con tranquilidad y pausa. Después de descender de las alturas y siguiendo la rambla del rio Sucio, a la izquierda, he empezado a encontrarme con esas criaturas retorcidas, ancestrales, de peanas desgastadas, agarradas a la tierra, gritando en silencio a voces, o al menos así me lo parecía, a modo de saludo, eso de ¡abajo las raíces!, ¡arriba las ramas!.

Las guardianes servidoras de los olivo
Estando en este deambular por el bosque encantado, dando la sensación de perdido, he tenido la dicha de encontrarme con Angelitas y su madre, dos personas que no dudan en declararse guardianas y servidoras de los olivos y además, con actitud de siempre profundamente agradecidas a ellos, los más generosos de la tierra, que en su profundo estar arraigado devuelven con creces sus frutos a modo de abundante regalo. Toda una filosofía de vida, que por desgracia no es fácil encontrar hoy en día, en donde prevalecen más posturas consumistas y explotadoras de la madre natura.


Asombrémonos, boquiabiertos, abrazados a los pies de los majestuosos olivos, que vete a saber lo que habrán visto en su larga y misteriosa vida, conéctemos con la tierra a través de sus raíces, para marchar cada vez más convencidos de que solamente somos eso, los últimos en llegar, sus servidores, guardianes de su futuro, celosos conservadores respetuosos de su herencia.


¡Larga vida a los olivos, centenarios, milenarios...! ¡Larga vida al bosque habitado!¡Ubuntu!

1 comentario:

Samuel A. Lupiáñez dijo...

Lecciones de vida, de respeto por lo esencial y de saber vivir, sencilla y llanamente. Todo un ejemplo que algunos estamos deseando seguir.