PASA Y SIÉNTATE EN MI PORCHE.

DESCANSA Y CHARLA UN RATO CONMIGO...

Navegante, entra al porche y deja tu comentario.

Las Nuevas Tecnologías avanzan que es una barbaridad e Internet cada vez se hace más presente en nuestras vidas, para lo bueno y para lo malo.
Los blogs han irrumpido en todo el mundo internáutico y el porche como no podía ser menos se pone en primera línea y no quiere quedarse atrás.
Este blog permite que el porche sea más participativo, un sitio en el que sea más fácil opinar, dejar un comentario o pegar aquello que simplemente se quiere compartir con los demás, con el único fin de mejorar la calidad de vida de nuestro pueblo y de sus gentes.
El único límite serán las que imponen las más elementales normas de educación y cortesía, el resto es cosa de todos nosotros.
Entra pues con toda confianza y siéntate un ratito a charlar plácidamente en este tu porche.

Sin raíces no hay ramas, sin árboles no hay bosque.
¡Abajo las raíces, arriba las ramas!
Ubuntu.

Salu2 cordiales y pedal-pedal.
"Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo." EDUARDO GALEANO.

"Cualquier objeto, por insignificante que parezca, tiene una historia que contar. Un mago o maga de las palabras solamente tiene que saber imaginarla y luego, contarla." AYES & LUIS

26 agosto, 2020

¿Tiempos pasados fueron mejores?

Churro, pico o tesna, ¡qué bien!

A través de las redes sociales, me han llegado estos dos "articulitos" que aún siendo distintos, están, creo yo, sumamente relacionados. Tengo el deseo de que se queden guardados, para que no se me pierdan y queden al alcance de la mano. Esa costumbre, ya vieja en "el porche" y que no quiero, ni deseo cambiar. 


Artículo 1:

Acabo de leer, el mejor retrato de mi generación, la de los niños que nacimos después de la guerra civil. La escribe un muy buen articulista, Javier Domenech y se titula “NIÑOS TARADOS DEL FRANQUISMO"

Intentaré resumirlo en las menos palabras posibles, porque es un artículo largo para Facebook y que había que leer mascando cada palabra para comprender parte de lo que nos está pasando. Estamos descubriendo ahora que los niños del franquismo éramos unos tarados oprimidos por la disciplina, educados en la ignorancia, lastrados para el futuro. Nuestra infancia, para algunos, debió ser el espejismo de un tiempo oscuro.