Caminando por Lanjarón, puerta de la Alpujarra, el pueblo del agua y de las fuentes, hay momentos en los que uno no sabe qué valorar más, si el agua fresca y rica o la fuente por la que cae.
A los pies del cementerio de Lanjarón, en la mismísima carretera que conecta con Órgiva, hay una fuente, una más de tantas, con un hermoso y cantarin caño, de agua muy apetecible por su frescor y sabor. Además, está muy a mano en el camino. Pues bien, en esa fuente aparecen a los lados de su mencionado caño, dos mosaicos a izquierda y derecha, con trozos de poemas del gran Federico García Lorca que vino frecuentemente por esta tierra a disfrutar de sus aguas, entorno y paisajes, de tal forma que muchos de ellos les sirvió como "fuente" de inspiración y quedaron reflejados para los restos, en su inmortal obra.
Como un botón bien vale para la muestra, pego ahora esos poemas al que el caminante puede asomarse y disfrutar, cuando se acerque a saciar su sed en "esa fuente de debajo del cementerio de Lanjarón".