PASA Y SIÉNTATE EN MI PORCHE.

DESCANSA Y CHARLA UN RATO CONMIGO...

Navegante, entra al porche y deja tu comentario.

Las Nuevas Tecnologías avanzan que es una barbaridad e Internet cada vez se hace más presente en nuestras vidas, para lo bueno y para lo malo.
Los blogs han irrumpido en todo el mundo internáutico y el porche como no podía ser menos se pone en primera línea y no quiere quedarse atrás.
Este blog permite que el porche sea más participativo, un sitio en el que sea más fácil opinar, dejar un comentario o pegar aquello que simplemente se quiere compartir con los demás, con el único fin de mejorar la calidad de vida de nuestro pueblo y de sus gentes.
El único límite serán las que imponen las más elementales normas de educación y cortesía, el resto es cosa de todos nosotros.
Entra pues con toda confianza y siéntate un ratito a charlar plácidamente en este tu porche.

Sin raíces no hay ramas, sin árboles no hay bosque.
¡Abajo las raíces, arriba las ramas!
Ubuntu.

Salu2 cordiales y pedal-pedal.
"Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo." EDUARDO GALEANO.

"Cualquier objeto, por insignificante que parezca, tiene una historia que contar. Un mago o maga de las palabras solamente tiene que saber imaginarla y luego, contarla." AYES & LUIS

29 mayo, 2018

¿Todo por la Patria?



Ha llegado a mis manos, por decirlo de alguna forma, el poema de José Emilio Pacheco, titulado Alta Traición y que pego a continuación.

Alta traición:
No amo mi patria.
Su fulgor abstracto
es inasible.
Pero (aunque suene mal)
daría la vida

por diez lugares suyos,
cierta gente,
puertos, bosques, desiertos, fortalezas,
una ciudad deshecha, gris, monstruosa,
varias figuras de su historia,
montañas
—y tres o cuatro ríos.

06 mayo, 2018

Desde la Piedra-Mirador


Hay una piedra que me sirve de mirador.
No es muy grande, pero tiene todo lo que debe tener una piedra-mirador: una forma con clarillo cómodo para sentarse y sobre todo estar en un lugar alto, elevado, sin obstáculos alrededor, libre y abierto a los cuatro vientos. 
Cuando voy con alguien y me encuentro cerca, siempre, orgullosamente, digo lo mismo a modo de presentación: esta es mi piedra.

Es mi piedra-mirador.