Por las arenas, el que va caminando, deja sus huellas. |
Sin quererlo, de vez en cuando se me mete en la cabeza un soniquete, una canción, una sevillana... Se hace sitio en mis adentros, un hueco en mis sentidos y no hay manera de que me deje en paz, cansina, repetitiva hasta la exasperación. Vamos, que me vuelve loco. ¿A ti te ha ocurrido algo parecido alguna vez? Me ha pasado en bastantes ocasiones con canciones de Joan Manuel Serrat, Manolo García y El Barrio, con himnos procesionales, canciones infantiles, marchas militares, sones flamencos, y última y periódicamente, con sevillanas del Camino de Dos Hermanas al Rocío, y especialmente con esta que traigo ahora que se titula "Te debo una sevillana" y que es de lo más "top" en nuestro Camino Rociero, vivencia que es muy especial para mi, ya que no solamente tiene algo de misteriosa, inexplicable, que atrae poderosamente, dura, sacrificada y también, mire usted por donde, además, dispone de su música, de su banda sonora, de tal manera que cada sitio, cada situación, cada momento, lleva consigo su canción específica, especialmente adecuada, y eso se puede entender solamente cuando se camina o caminado, cantando, cansado y dolorido.