
Ejercicio de la Crueldad
Cada vez que pase por su cabeza un pensamiento que considere dañino —celos, autocompasión, sufrimientos de amor, envidia, odio, etc—, proceda de la siguiente manera:Clave la uña del índice en el nacimiento de la uña del pulgar hasta que el dolor sea muy intenso. Concéntrese en el dolor: está reflejando en el campo físico el mismo sufrimiento que está experimentando en el campo espiritual. Afloje la presión sólo cuando el pensamiento salga de su cabeza.
Repita cuantas veces sea necesario, aunque sea una y otra vez hasta que el pensamiento lo abandone. El pensamiento volverá cada vez más espaciadamente hasta desaparecer por completo; clave la uña siempre que regrese.
Citas:
- Cierta vez tuve un amigo que vivía borracho, pero rezaba todas las noches tres avemarías porque su mamá así lo había acostumbrado desde pequeño. Aunque llegara a casa absolutamente borracho, aun cuando no creyera en Dios, mi amigo siempre rezaba los tres avemarías. Cuando murió, en un ritual de la Tradición pregunté al espíritu de los Antiguos dónde estaba mi amigo. El espíritu de los Antiguos respondió que estaba muy bien, rodeado de luz. Sin haber tenido fe durante su vida, su obra —que apenas consistía en las tres oraciones rezadas por obligación y automáticamente— lo había salvado.
- El hombre no puede nunca dejar de soñar. El sueño es el alimento del alma, como la comida es el alimento del cuerpo.
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