Me ha llegado por las redes esta, para mi, impactante fotografía de Amador Aguillón. Gracias.
Describe, de un solo vistazo, todo el proceso evolutivo de formación del fruto de la zarzamora de manera muy pormenorizada, del 0 al 100, siendo todo un canto a la paciencia, a la perseverancia y al esfuerzo continuado del fotógrafo. Además, lo hace de una forma muy simple y sencilla, lo que hace que el choque visual sea todavía más impactante, y en consecuencia sumamente poderoso y llamativo.
Pienso que en estos tiempos en los que la prisa, el culto a lo banal, la insensibilidad hacia el afán y denuedo sacrificante, imágenes como esta, son todo un deleite y una suerte el toparse con ellas.
Ante lo efímero de los millones de clic diarios que se hacen dando cobijo a insustanciadas fotografías, esta imagen está llena de mérito, siento la antítesis del signo insulso de estos tiempos.
¡Me encanta!
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