Fachada de la Catedral de Cuenca, un recuerdo entrañable. |
Para que quede para el recuerdo y por si hacen falta los datos para otra ocasión, hago esta entrada a modo resumen de lo acontecido.
1er día, viernes, 28 de Febrero 2020:
A las 6 de la mañana nos dimos cita los viajeros, con los ojos soñolientos por la temprana hora, pero con el ánimo lleno de alegría, encantados de pensar en la gran aventura que ibamos a emprender.
Cargar equipajes, últimos detalles y consejos, cinturones puestos y arrancamos los coches, mentalizados en hacer, del mejor modo posible, los centenares de kms que tenemos por delante.
Primera parada para estirar las piernas y tomar el desayuno, en el Restaurante Ángel III, en Santa Cruz de Mudela, de forma que ya tenemos "partido" el camino.
Nuestro primer ansiado destino es ya en la provincia de Cuenca. Se trata de la localidad de Belmonte, de cerca de 2000 habitantes y con una gran historia, que arranca desde la época visigoda allá por el siglo V, alcanzando su mayor esplendor entre los siglos XV y XVIII.
Pero fué en 1456, cuando el primer Marqués de Villena, Juan Pacheco, mandó construir su espectacular Castillo y la bella Colegiata de San Bartolomé, a las que tuvimos la suerte visitar y conocer.
Después de un típico almuerzo que incluyó a las típicas gachas manchegas, emprendimos el camino a la búsqueda de nuestro alojamiento en el anejo de Cuenca, los Molinos de Papel, donde se encuentra situada la Casa Rural Rocaviva, la que será a partir de ahora nuestro punto de descanso.
Ya por la tarde-noche aparcamos el coche en las inmediaciones de las ruinas del viejo castillo árabe, para desde allí hacer nuestro primer acercamiento a la ciudad de Cuenca, con recorrido guiado y nocturno por la plaza del ayuntamiento, catedral, casas colgadas, puente de San Pablo, etc... Posteriormente a la cena, toca regreso a la Casa de Rocaviva, que mañana será otro día.
2º día, sábado, 29 de Febrero 2020:
Al amanecer, estábamos en marcha. Hoy toca la visita que teníamos prevista a la Serranía de Cuenca, así que con mochilas y bastones en el coche, así como con un frío invernal, iniciamos la jornada, adentrándonos de lleno en la Hoz del Júcar, el rio grande conquense.
Lo primero que nos encontramos y disfrutamos fué del impresionante Ventano del Diablo, un grandioso arco calizo, por el que te puedes asomar al espectacular paisaje que forma la Hoz del Júcar. Vale la pena, la parada y visita de este punto natural.
Con una breve parada en Tragacete para desayunar, no con muy buena fortuna, llegamos a nuestro siguiente punto de destino: el Nacimiento del Rio Cuervo.
Después de saborear y tomar energía con el jugoso bocata, iniciamos la mencionada ruta que nos adentra en un entorno mágico, sorprendente, maravilloso, ya que la roca caliza erosionada caprichosamente ha producido pasillos, arcos, puentes y multitud de formaciones geológicas, que combinadas con una flora y fauna específicas, recuerdan a las existentes en la popular Ciudad Encantada y en nuestro querido Torcal de Antequera.
Siguiendo el sendero señalizado por 89 postes completamos el bello recorrido, sintiendo en todo momento su fantástico esplendor y la llamada de la naturaleza, al sentirnos dentro de un santuario o catedral que deseamos se conserve en toda su pureza.
Aquí os dejo el recorrido realizado:
1er día, viernes, 28 de Febrero 2020:
A las 6 de la mañana nos dimos cita los viajeros, con los ojos soñolientos por la temprana hora, pero con el ánimo lleno de alegría, encantados de pensar en la gran aventura que ibamos a emprender.
Cargar equipajes, últimos detalles y consejos, cinturones puestos y arrancamos los coches, mentalizados en hacer, del mejor modo posible, los centenares de kms que tenemos por delante.
Primera parada para estirar las piernas y tomar el desayuno, en el Restaurante Ángel III, en Santa Cruz de Mudela, de forma que ya tenemos "partido" el camino.
Castillo de Belmonte, provincia de Cuenca. |
Pero fué en 1456, cuando el primer Marqués de Villena, Juan Pacheco, mandó construir su espectacular Castillo y la bella Colegiata de San Bartolomé, a las que tuvimos la suerte visitar y conocer.
Colegiata de San Bartolomé, desde el castillo de Belmonte. |
Vista al atardecer de Cuenca. |
2º día, sábado, 29 de Febrero 2020:
Al amanecer, estábamos en marcha. Hoy toca la visita que teníamos prevista a la Serranía de Cuenca, así que con mochilas y bastones en el coche, así como con un frío invernal, iniciamos la jornada, adentrándonos de lleno en la Hoz del Júcar, el rio grande conquense.
Cabalgando juntos en el Ventano del Diablo. |
Con una breve parada en Tragacete para desayunar, no con muy buena fortuna, llegamos a nuestro siguiente punto de destino: el Nacimiento del Rio Cuervo.
Se trata de un bello entorno natural declarado monumento natural en 1999, que se ha hecho muy famoso por sus atractivas combinaciones de cascadas y saltos de agua con interesantes especies vegetales.
A continuación, os pego el recorrido realizado.
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Desde el Nacimiento del rio Cuervo, nos desplazamos hasta la localidad serrana de Las Majadas, sitio en donde nos preparan unos riquísimos bocadillos de lomo que nos servirán de almuerzo antes de afrontar la segunda ruta de senderismo de la jornada: Los Callejones de las Majadas.
Los Callejones de las Majadas, Serranía de Cuenca |
Arcos, puentes y formas caprichosas de las rocas. |
Poste 89, ¡prueba superada! |
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Antes de irnos de este sitio, nos acercamos en coche a disfrutar de las singulares panorámicas que se contemplan desde el Mirador del Tio Cogote. Bien valió la pena el tiempo y esfuerzo empleado.
Panorámica desde el Mirador del Tio Cogote - ¡Grandiosa! |
Finalmente, a dormir a casita.
3er día, 1 de Marzo de 2020:
Esta última jornada comenzó con la salida del alojamiento rural que habíamos disfrutado, para ir a hacer una visita tranquila y detallada, a la inmensa Catedral de Cuenca, algo que es más que recomendable debido a su importante riqueza monumental e histórica.
Fachada principal de la Catedral de Cuenca |
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