Es la tercera vez que me adentro por tierras lusitanas y ha sido en esta ocasión cuando he tenido la mayor oportunidad de acercarme a sus gentes y habitantes. He podido vislumbrar mejor su manera de ser y comprender más certeramente sus costumbres y tradiciones. Degustar su exquisita cocina. Y lo que ha sido mejor de todo, me he sentido bien tratado y acogido, ya que en diversas situaciones y momentos me han llamado amigo y hermano, y eso quieras que no, crea vínculo afectivo.
En estos convulsos tiempos en los que sentirse español está, por algunos, denostado y mal visto, sentir como hay quienes te envidian e incluso gustarían de unirse a España, es como un soplo fresco y gratificante.
Sin entrar en más detalles, y para que no se pierda tan hermoso viaje en la memoria del tiempo, dejo constancia de mi "penúltima" aventura portuguesa acontecida, de forma resumida de la siguiente forma:
- Lunes, 16 Julio 2018: Salida de Villanueva Mesía, el bus nos recoge a las 12:45 h en la Casa de la Cultura en Huétor Tájar e iniciamos el baile de kilómetros (casi 700 kms) y paradas de descanso. Llegamos por la mañana a Fátima, recogemos a la que será nuestra guía, Ana María, y visitamos de forma rápida la gran extensión de la basílica de Fátima y todo el complejo creado en torno a ella. Al medio día, llegamos al Hotel Arcada, en la localidad portuguesa de Tocha, que será nuestra morada durante todos los días que dura la estancia. Por la tarde, salimos de paseo para conocer la pequeña localidad agrícola y ganadera de Tocha, destacando sobre todo la peculiar visita a su cementerio que nos muestra la, para nosotros, forma extraña de hacer algunos de los enterramientos. Siempre es momento de aprender, de acuerdo con el insigne Cervantes: "El que lee mucho y viaja mucho, aprende mucho y sabe mucho." Bien cierto es... En este enlace os dejo el recorrido de nuestro paseo por Tocha>>>
- Martes, 17 Julio 2018: Nos desplazamos en bus hasta la ciudad de Coimbra. Comenzamos nuestro recorrido turístico visitando el Monasterio de Santa Clara, la Iglesia de Santa Isabel y su Claustro, ubicados al sur de Coimbra y con un perfecto mirador que nos da una bella visión de la ciudad. Allí mismo está el Albergue de Peregrinos Reina Isabel, ya que estamos en el mísmísimo Camino Portugués a Santiago. Volvemos al bus para recorrer las principales calles de la ciudad de Coimbra, subir a su zona alta en donde está la antigua universidad y sus facultades, para finalmente bajar y dejar el autobús junto a la orilla derecha del rio Mondego que muy caudaloso bordea los barrios de la ciudad. Desde ese punto, nos sumergimos en las populosas calles repletas de turistas, de tunos estudiantes y de multitud de tiendas. Aprovechamos para comprar algún recuerdo de bolsos en cuero-corcho y degustar los pasteles de bacalao y el exquisito dulce conocido como "follada", un hojaldre delicioso. Os dejo aquí el enlace con el recorrido realizado en Coimbra>>> A la tarde nos dirigimos a conocer la ciudad de Aveiro. Se trata de una curiosa ciudad, pegada al mar, que ha sabido reconducir su antigua infraestructura industrial dedicada a la explotación de la sal hacia el turismo, de modo que los viejos canales que posibilitaban el transporte en barcazas de la sal hasta los almacenes, se han convertido hoy en día en un importante atractivo, de tal forma que viene siendo llamada "la Venecia portuguesa". Nosotros navegamos en una ¿barcaza o góndola? que se llamaba "Dança dos Mancos", siendo este un momento muy grato y divertido. También probamos un dulce muy típico de Aveiro, los "ovos moles", a base de yema de huevo envasado en fina oblea. La verdad, a mi me hizo una gracia regular. A la noche, tuvimos un divertido y emotivo momento cuando pudimos disfrutar de los típicos bailes realizados por el Grupo Folcórico Sanguineira que supieron mostrarnos de forma maravillosa su tradicional arte.
- Miércoles, 18 Julio 2018: Este día lo dedicamos a visitar Oporto, o Porto, que lo mismo da. Fantástica ciudad monumental, abrazada por el rio Douro, nuestro Duero. Con espectaculares puentes y hermosos paisajes. Famosa por su vino y por sus pastelaos do bacalhao. Bien vale la pena su visita, no tan precipitada como la que hicimos nosotros, pero bueno. Empezamos visitando las iglesias Do Carmen (la rica y la pobre, que al final resultaron las dos riquísimas), la Seu de la ciudad, con la imponente estatua ecuestre y picota usada para ajusticiar a los condenados en tiempos pasados, la esbelta torre de los Clérigos, y sobre todo el impresionante paseo en barco por un buen tramo del rio Douro, con las típicas y llamativas casas a sus orillas de vivos colores. Si quieres conocer el recorrido que hicimos por Oporto en autobús, barco y a pie, puedes verlo aquí>>> Llegada la noche, disfrutamos de un estupendo recital a cargo de la maestra del fado, la fadista Maria do Rosario. Fué un momento muy emotivo que tuvo su culmen cuando interpretó magistralmente "María la Portuguesa", que nos hizo recordar a nuestro querido y añorado, el granadino Carlos Cano.
- Jueves, 19 Julio 2018: El trueno gordo del viaje, la visita a la capital de Portugal, la que está abrazada por el Tajo y se baña mirando al Atlántico, la simpar Lisboa. Nos movimos por Lisboa, a pie y en autobús, apenas nos asomamos a su rico patrimonio monumental, ya que el escaso tiempo del que disponiamos lo hizo imposible. No obstante, y gracias al desvelo de guía y organizadores, conseguimos vislumbrar algo. Un atisbo de lo que es capaz de ofrecer Lisboa al inquieto visitante. Todo comenzó con un gran paseo en autobús circunvalando la gran ciudad, para finalmente parar y visitar a pie el espectacular Monasterío de los Jerónimos con la iglesia de Nuestra Señora de Belén, un bello monumento de estilo gótico manuelino. Después de recorrer las naves de la iglesia, recorrimos sus alrededores, entrando en la pastelería en donde se hacen y sirven los sabrosos y afamados pasteles de Belén. Más tarde, nos acercamos también a ver la Torre de Belén. Después de un riquísimo almuerzo, tuvimos tiempo de caminar por la ciudad lisboeta para volver a constatar su enorme belleza documental. En el siguiente enlace puede conocer el recorrido que hicimos por Lisboa>>>
- Viernes, 20 Julio 2018: El último día de visitas tuvo dos partes bien diferenciadas. Por la mañana, nos desplazamos en autobús hasta los Jardines y Palacio de Bussaco, de espléndido estilo gótico manuelino, y convertido en majestuoso hotel de 5 estrellas, así como a la localidad balneario de Luso, para, después de comer, a la tarde, desplazarnos a la costera localidad de Figueira da Foz, con sus kilométricas playas, de fina y dorada arena. Nos llamó mucho la atención la enorme distancia desde donde se encuentra el paseo marítimo, lugar en donde se dejan los vehículos y la orilla de la playa, que llega hasta los 3 kms, una distancia enorme que supuestamente han de recorrer de ida más la vuelta los avezados bañistas que se convierten así en buenos y esforzados senderistas. Visitamos un lugar de juego, el "casino", que yo imaginaba Casino cultural al modo tradicional en nuestra tierra, así como un gran Mercado de Abastos, todo ello paseando por la ciudad. Culminamos la tarde en una coqueta cala artificial creada junto a la desembocadura del rio Mondego, que permitió mojarse los pies a los frutrados playistas.
- Sábado, 21 de Julio 2018: El regreso a nuestras respectivas casas, con almuerzo en Zafra, y después de los casi setecientos kms, con sus correspondientes horas de bus, nos devuelve cansados pero ilusionados y contentos con este gran viaje a Portugal.
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