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El burrito Nazareno - Platero. |
Es irremediable, no se puede evitar la comparación, aunque ya no es frecuente encontrarse con burros de cuatro patas, vamos que es algo raro, a veces, nos sentimos seres privilegiados al toparnos con ellos, y más cuando es sin pretenderlo, con uno de estos hermosos animales. Y eso ocurrió el otro día, al poder acariciar, sentir la suavidad de su pelaje y sobre todo, disfrutar de la docilidad de este entrañable borriquillo que empezamos llamando Platero, hasta que su amo nos corrigió, sonrisa en la cara, al decirnos que su nombre era Nazareno, pero que podíamos llamarlo como quisiéramos, que a él le iba a dar lo mismo. Pues nada, bonito Platero, perdón Nazareno.
Moguer, desde la terraza de Casa Natal de Juan Ramón (Agosto, 2014) |
Y de este feliz y entrañable encuentro, me viene al recuerdo la última visita que hicimos a Moguer, en el año 2014, cuando disfrutamos de ese hermoso pueblo andaluz y lo mejor de todo, hacerlo cuando a bombo y platillo se celebraba el Centenario de la publicación en 1914 de ese fantástico libro que escribió el inmortal Juan Ramón Jiménez Mantecón (Moguer, 23/12/1881 - San Juan de Puerto Rico, 29/05/1958) y que recibió el Premio Nóbel de Literatura en 1956. Lo dicho, toda una suerte.
Platero y nosotros ante la fachada del Ayuntamiento de Moguer. |
Por tal motivo, diversas instituciones de Moguer, se aprestaron a celebrar el Año de Platero, con diferentes eventos, destacando entre ellos el recorrido por lugares del entorno mencionados en el libro, para ir cumplimentando una credencial que te iban sellando en los diversos sitios, de tal forma que el que lo completaba y lo justificaba documentalmente con la mencionada credencial, recibía un ejemplar "Edición Conmemorativa del I Centenario de Platero y yo, del andaluz universal Juan Ramón Jiménez, el 20 de enero de 2014".
Y yo, repito, tuve la suerte y el privilegio de ganarme uno de ellos, mi querida "Edición Centenario 1914 - 2014 de Platero y yo". Se publicaron, solamente 7500 ejemplares por ese motivo, y uno de ellos, tengo el honor de tenerlo atesorado en mi casa.
"Platero y yo" es, sin lugar a dudas, el libro que más veces he leído y releído paladeando, sin prisa y con regocijo en la lectura.
En ocasiones, he oído por ahí, esa pregunta tópica que dice: "Si pudieras elegir un solo libro para llevarte a una isla desierta, ¿cuál escogerías?" En otros momentos de mi vida, probablemente habría escogido otro, a estas alturas, pues no dudo en contestar diciendo: "Platero y yo".
¿Por qué? Pues resulta que no me canso de leerlo, de sentirlo, de imaginarlo, de disfrutarlo. Es un libro pleno de sensibilidad, de dulzura, de una riqueza poética expresiva inmensa, de amor por los animales, por la gente, por la Naturaleza, por la vida..., como no me he encontrado otro. En definitiva, es una colección de viñetas poéticas que celebran la naturaleza, la amistad y las pequeñas cosas de la vida. Además, me ocurre que siempre que lo releo le encuentro nuevas aristas y enfoques riquísimos que te permiten soñar a Platero una y otra vez, como si fuera la primera vez que te enfrentas a él. Me imagino en la solitaria isla, con el solitario libro, sintiéndolo diverso y diferente, en lo más profundo una y otra vez.
Platerillo en la Casa Natal de Juan Ramón. |
- Platero (I)
- El Rocío (XLVII)
- El pozo (LII)
- La perra parida (LXI)
- Alegría (LXXIX)
- La niña chica (LXXXI)
- El canario se muere (LXXXIII)
- El eco (CI)
- La yegua blanca (CVIII)
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