Sidi, es un libro sobre la vida del Cid Campeador, Rodrígo Díaz de Vivar, un relato de frontera, tal y como lo subtitula su autor Don Arturo Pérez Reverte.
A mi me ha gustado mucho, no ya solamente porque trata acerca de uno de los personajes que desde pequeño más he admirado y más me ha atraído. Creo que mi madre tuvo la culpa de eso, cuando en el año 1961 me llevó, junto a mi hermano Miguel, bocatas incluidos, a ver el estreno de la superproducción "El Cid" de Chalton Heston en el cine, algo que con 7 añitos es normal que dejara profunda huella. También, recuerdo que en mis tiempos de adolescencia, en el instituto, "tuve" que leer en castellano antiguo el "Poema del Mio Cid", así como otras obras relacionadas con este personaje histórico, muy científicas y sesudas, como era "El Cid Campeador" de Don Ramón Menéndez Pidal. Y a pesar de la "dureza" de los textos, para un alma tan tierna como la mía por aquellos entonces, me fui enamorando de él sin remedio. Posteriormente, los dibujos animados del "Ruy, el Pequeño Cid" hicieron el resto, ya que me los tragaba entusiasmado en la tele, acompañado de mis hijos.
Al paso del tiempo, volver a poder disfrutar de las viejas historias contadas con otras maneras, me ha satisfecho enormemente. En estos casos siempre digo lo mismo, si en lugar de ser un personaje de España, fuera de la órbita de Hollywood, no veas los "peliculones" que hubieran montado los colegas. Me viene al pelo esa frase del Cantar: "¡Dios, qué buen vassallo! ¡si oviesse buen señor!"
Pero bueno, fuera de eso, y de recomendar a todos la lectura y relectura de Sidi, a ser posible, dejo aquí un trozo a modo de muestra magistral, al menos para mí, de lo que es capaz de transmitir Don Arturo. Y puestos ya a pedir, y tal y como he leído en algún sitio: "No es mala idea tener a mano El Cid Campeador de Ramón Menéndez Pidal mientras se lee la nueva novela histórica de Pérez Reverte, Sidi, un relato de frontera."
Pues ale, pego el mencionado fragmento de Sidi que tanto me gusta:
Pero bueno, fuera de eso, y de recomendar a todos la lectura y relectura de Sidi, a ser posible, dejo aquí un trozo a modo de muestra magistral, al menos para mí, de lo que es capaz de transmitir Don Arturo. Y puestos ya a pedir, y tal y como he leído en algún sitio: "No es mala idea tener a mano El Cid Campeador de Ramón Menéndez Pidal mientras se lee la nueva novela histórica de Pérez Reverte, Sidi, un relato de frontera."
Pues ale, pego el mencionado fragmento de Sidi que tanto me gusta:
"El arte del mando era tratar con la naturaleza humana, y él había dedicado su vida a aprenderlo.
Colgó la espada en el arzón, palmeó el cuello cálido del animal y echó un vistazo alrededor: sonidos metálicos, resollar de monturas, conversaciones en voz baja. Aquellos hombres olían a estiércol de caballo, cuero, aceite de armas, sudor y humo de leña.
Rudos en las formas, extraordinariamente complejos en instintos e intuiciones, eran guerreros y nunca habían pretendido ser otra cosa.
Resignados ante el azar, fatalistas sobre la vida y la muerte, obedecían de modo natural sin que la imaginación les jugara malas pasadas. Rostros curtidos de viento, frío y sol, arrugas en torno a los ojos incluso entre los más jóvenes, manos encallecidas de empuñar armas y pelear. Jinetes que se persignaban antes de entrar en combate y vendían su vida o muerte por ganarse el pan. Profesionales de la frontera, sabían luchar con crueldad y morir con sencillez.
No eran malos hombres, concluyó. Ni tampoco ajenos a la compasión. Sólo gente dura en un mundo duro."
Genial. sencillamente genial.
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