De nuevo la naturaleza, la tradición, la religión, la montaña, el sendero, el camino se funden con el esfuerzo, el sudor, el dolor, el sacrificio,...
Cada vez es más que evidente la relación entre naturaleza, el andar haciendo un camino, sufrir subiendo una empinada ladera, con componentes folklórico-religiosos, la cultura y la tradición. Si antes era hacer el Camino hasta Santiago, ahora es subir en romería hasta los Tajos de la Virgen.
Aunque no se quieran encontrar puntos de conexión, la realidad es evidente, y es que la hay, esa sería la conclusión final: El camino, el duro, difícil y sacrificado camino, la empinada senda conduce hasta impresionantes obras del hombre, elevadas cumbres naturales, en definitiva hasta el cielo.
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